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Cartagena, epicentro de ALIM 2025: La realidad de la industria de la harina de trigo en Colombia

PorMilena Ortega

noviembre 25, 2025
ALIM 2025- Foto: cortesía

Colombia produce 1,4 millones de toneladas de harina de trigo fortificada al año, el 70% se destina a panadería, 20% a galletería y el 10% a pastas.

En Colombia, el pan es uno de los alimentos fundamentales en la mesa. De hecho, según Fenalco, el 98% de los hogares colombianos consumen este producto. Y cómo no, si acompaña normalmente el desayuno, las comidas rápidas, las preparaciones caseras o las cenas, haciendo que cada vez más lo incorporemos dentro de la dieta diaria. Pero detrás de este producto existe una industria que permite que la harina llegue a cada uno de los rincones del país.

La industria de la molinería de trigo es hoy protagonista de la 43° Asamblea de la Asociación Latinoamericana de Molineros Industriales de Trigo (ALIM 2025), instalada en Cartagena, con la participación de 31 países y empresas que representan el 65% de la producción de harina de trigo de América Latina.

Esta industria no solo asegura la harina para la elaboración del pan, sino también para productos como las galletas, pastas, tortas, pizzas, tortillas  y otras preparaciones caseras. En Colombia, la totalidad de la harina de trigo que se consume es nacional; sin embargo, la materia prima es 100% importada, pues el país no tiene las condiciones climáticas para cultivar trigo.

Como lo explicó Juan Manuel Martínez Solarte, gerente general de Organización MAS, mediante una metáfora que define claramente la realidad agrícola del país “sembrar trigo en Colombia es como sembrar café en Argentina”, exclamó el también el presidente de la Junta Directiva de la Cámara Fedemol de la ANDI, explicando que este cultivo requiere días de alta luminosidad y suele producirse cerca de los polos, no en zonas tropicales como la nuestra. 

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Aunque en el pasado hubo siembras en departamentos como Cundinamarca, Boyacá y Nariño, hoy esa producción es limitada y se destina principalmente al consumo local de los molinos de la región. Por eso, la industria depende casi por completo del trigo proveniente de otros países que luego se transforma en harina fortificada para abastecer panaderías, fábricas y hogares en todo el país.

De acuerdo con Pilar Ortiz,  directora ejecutiva de la Cámara de Molineros de Trigo (Fedemol) de la ANDI, aclaró en una rueda de prensa  que las importaciones principales de trigo de Colombia provienen de Canadá un 52%, el 30%  de Estados Unidos y  un 20% de Argentina y de otros países, dependiendo del comportamiento del mercado internacional.   

La actividad molinera en nuestro país cafetero cuenta con una historia que supera los 160 años. En el país, se instaló el primer molino de trigo en Cartagena perteneciente a la empresa Tres Castillos, dando inicio a una industria que, con el tiempo, se consolidó como una pieza clave en la alimentación de los colombianos. Actualmente, en Colombia existen 20 empresas productoras que operan 40 plantas de procesamiento a nivel nacional.

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 Según datos presentados durante ALIM 2025, Colombia produce 1,4 millones de toneladas de harina de trigo fortificada al año, el 70% se destina a panadería, 20% a galletería y el 10% a pastas.

Un estudio realizado con Raddar y La Cámara Fedemol de la ANDI, en 2024, los hogares colombianos gastaron más de 25 billones de pesos en alimentos derivados del trigo, equivalentes al 7,6 % del gasto total en alimentos. De esa cifra, el 50 % corresponde a pan, el 40 % a galletas y el 10 % a pastas, categoría que ha mostrado un crecimiento acelerado dentro del consumo nacional.

Durante la instalación del evento, Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, recordó el  papel en la seguridad alimentaria del país y destacó que la molinería colombiana se ha modernizado y adaptado a los desafíos globales, desde la volatilidad de los precios internacionales del trigo hasta los cambios climáticos y geopolíticos, y señaló que eventos como ALIM 2025 permiten pensar en el futuro, construir propuestas y demostrar que América Latina puede jugar un rol más fuerte en el abastecimiento de alimentos.“Esta industria se ha venido modernizando, ofreciendo las mejores calidades en nuestro país y esto ha permitido generar empleo de calidad a sectores como la panadería o el de las pastas”, aseguró Mac Master.

Con ese panorama, ALIM 2025 deja claro que, la industria de la molinería de trigo es capaz de transformar un insumo completamente importado en productos esenciales para la mesa diaria. Entre retos de mercado, nuevas tecnologías y la necesidad de garantizar alimentos accesibles y nutritivos, el país recibe este encuentro con la convicción de que la harina, y todo lo que nace de ella, seguirá siendo un pilar esencial e irremplazable en la mesa diaria de millones de familias.

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