En la convergencia de la noche más larga del año y el despertar de una nueva conciencia climática, la Sierra Nevada de Santa Marta se prepara para recibir un evento sin precedentes en la región. Hoy 12 de diciembre, inicia Soulstice Dance 2025.
Esta ceremonia que busca redefinir la experiencia de los festivales en Latinoamérica al amalgamar la música de vanguardia con la sabiduría de los pueblos Kogui, Wiwa, Arhuaco y Kankuamo.
El encuentro, cuyo nombre surge de la síntesis ontológica entre el alma (soul) y el solsticio (solstice), tendrá lugar en la recién consagrada Playa Soulstice, un enclave adyacente al Parque Tayrona. Este territorio, reconocido como el “Corazón del Mundo”, dejará de ser solo un destino geográfico para convertirse en un espacio ceremonial donde convergerán cientos de viajeros internacionales en busca de una conexión profunda con la naturaleza y el conocimiento ancestral.
A diferencia de los circuitos comerciales de entretenimiento, Soulstice Dance se presenta como una “fiesta sagrada”. Bajo la dirección de los creadores Jonathan Cadavid y Álvaro Gutiérrez, el evento propone un baile del alma guiado por terapeutas, artistas y sabios indígenas. El repertorio musical, aunque mantiene un velo de misterio sobre su cartel completo, promete un hito histórico: la interpretación en vivo del álbum más influyente en la historia del reggae.
La curaduría sonora se extenderá hacia los géneros del Afro House y la electrónica ceremonial, integrando a figuras que han transitado por escenarios de renombre global como Burning Man. “Buscamos conectar a personas de todo el mundo con una visión espiritual de la vida, potenciando un turismo sostenible que respete la historia de Colombia”, señalan sus organizadores.
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El componente académico y espiritual del evento se concentrará en el Templo de la Conciencia. Allí, los asistentes participarán en rituales de limpieza energética, círculos de palabra y prácticas holísticas como el sound healing y el reiki. El programa incluye discusiones de alto nivel sobre genética divina, plantas sagradas y alimentación consciente, todo bajo la custodia espiritual de los cuatro pueblos de la Sierra, quienes ven en este encuentro una oportunidad para que sus visiones de vida sean honradas y su territorio preservado.
La presencia de figuras públicas como la DJ y embajadora del bienestar Natalia París, el productor cinematográfico Álvaro Gutiérrez, y expertos en la industria como Johnny House-In, otorga al evento una relevancia multidisciplinaria que une el entretenimiento, el cine y la gestión cultural.
En un esfuerzo por mitigar la huella ambiental, Soulstice Dance 2025 se postula como un modelo de economía circular. El evento implementará la tecnología PET-GAS, un sistema de vanguardia diseñado para la recolección y transformación de residuos plásticos en combustible limpio. Asimismo, se han establecido protocolos de bajos niveles de impacto sonoro para proteger la fauna endémica del Tayrona.
Este esfuerzo cuenta con el respaldo de instituciones como ProColombia, CoCrea y la Alcaldía de Santa Marta, consolidando la iniciativa no solo como un festival, sino como una política de promoción del turismo de alto valor. Para los organizadores, el solsticio es el recordatorio de que “la luz vuelve”, y en esta ocasión, esa luz busca iluminar la reconciliación entre el ser humano y el ecosistema que lo sustenta.
La ceremonia se llevará a cabo los días 12 y 13 de diciembre en la emblemática Playa Soulstice, situada en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, departamento del Magdalena. Más allá de su propuesta artística, el encuentro se consolida como un proyecto de responsabilidad compartida al destinar apoyo directo a los planes de vida de las comunidades Kogui, Arhuaco, Wiwa y Kankuamo, guardianes ancestrales del territorio. Los ciudadanos interesados en participar en esta experiencia de conexión y conciencia pueden adquirir sus entradas a través de la plataforma Ticketmaster, la cual ofrece paquetes turísticos integrales que abarcan desde zonas de camping hasta exclusivas opciones de lujo (luxury), adaptándose a las diversas expectativas de los viajeros globales.

