En su columna de hoy, Raúl Paniagua invita a la reflexión con respecto a los planes prospectivos de desarrollo en la ciudad de Cartagena, en el marco de la proximidad que tienen las elecciones de alcalde y Concejo, partiendo de la provocación a mirar el historial de continuidad que tienen los POT en la ciudad.

En los últimos días ha circulado en medios digitales, la información relacionada con los propósitos de diversos grupos y actores públicos y privados de varias ciudades colombianas, dando cuenta de procesos de planeación prospectiva a 20, 30 y aún más años.

Ya hay experiencias en nuestro país, de planes de desarrollo formulados con un horizonte de 15 y más años, y lo que se evidencia es que a grandes líneas las metas se han ido cumpliendo, lo que genera confianza para seguir actuando con base en planes de prospectivos de mediano plazo. Los resultados que para esas ciudades son aprendizajes, cohesión institucional, confianza en el futuro y reafirmación de sus líneas de trabajo, para nosotros se manifiesta en una mezcla de decepción, desconfianza y fatalidad, que con efecto multiplicador afecta otras dimensiones de nuestras relaciones ciudadanas.

De las cosas que no he podido comprender en nuestra ciudad es la renuencia a darle consistencia y vida, a varios planes prospectivos que se han formulado desde los años 90 del siglo pasado. Algunos de ellos se diseñaron con la mejor metodología del momento, otros fueron cerrados, pero bien pensados; alguno involucró en un ejercicio inédito a más de 3.000 personas en su formulación, pero se quedaron así, como un buen ejercicio que, tal vez el mayor impacto fue seguir generando la idea de nuestra incapacidad para acordar y ejecutar unas acciones que nos permitan que el futuro sea lo menos parecido al azar.

En temas de acordar acciones para el futuro, cualquier momento es adecuado, pero creo que este es el ideal, pues estamos a varios meses de la elección del alcalde y del Concejo para los próximos cuatro años y las líneas gruesas de actuación deberían ser el eje del plan de gobierno de la nueva administración. Un enunciado muy breve de los proyectos que se ejecutarán en la ciudad y los cuales podrán integrarse en un plan prospectivo, y que en los siguientes 10 a 15 años estarán moldeando la nueva Cartagena serán, entre otros: las obras del Canal del Dique, el nuevo aeropuerto en Bayunca y la ampliación del actual, la expansión urbanística hotelera y comercial de la Zona Norte, Tierra Bomba y Barú; la transformación de todo el borde de playa desde Crespo hasta El Laguito, la profundización en las construcciones en el llamado Triángulo de Desarrollo Social, incluyendo el crecimiento de la vivienda más allá de Ciudad Bicentenario; el traslado del Mercado de Bazurto, las obras sobre la Ciénaga de la Virgen, la continuación de la Vía Perimetral y las acciones que se deberán ejecutar para la recuperación y protección de la Bahía. Todo ello creemos que tendrá cabida en el POT. Confío en la comprensión de los retos que significa pensar una ciudad más allá del cuatrienio de un gobierno y de un concejo, pero aquí es donde radica la capacidad de los líderes gremiales, empresariales, sociales y universitarios, de gestionar y presionar para hacer que esa planeación prospectiva sea una realidad.

Raúl Paniagua, es sociólogo, con varias especializaciones, una de ellas en Turismo, en Viterbo, Italia, con una maestría en Desarrollo Social.  Docente universitario y consultor en temas sociales y de turismo.