El estudio de la World Population Review destaca la presencia de dos urbes colombianas en la lista de las 50 ciudades con tasas de homicidio más altas.
Un informe de la World Population Review (WPR), se han identificado las 50 ciudades más peligrosas del mundo, empleando las tasas de homicidios como principal indicador. En un sorprendente hallazgo, dos ciudades colombianas se encuentran entre las cuarenta primeras en términos de peligrosidad, arrojando luz sobre los desafíos de seguridad que enfrenta el país.
Las ciudades se encuentran mayormente repartidas en 11 naciones, incluyendo países como Brasil, México y Venezuela, junto con la presencia adicional de Colombia, Estados Unidos y Sudáfrica, según lo indica la publicación en línea.
Entre las ciudades evaluadas, dos urbes colombianas, lamentablemente, han destacado por su presencia en los primeros cuarenta lugares del ranking, llamando la atención sobre los retos persistentes en materia de seguridad en el país sudamericano. Aunque estas ciudades no figuran entre las primeras diez, su inclusión plantea interrogantes sobre las estrategias y políticas de seguridad implementadas a nivel local.
Dos ciudades del país están incluidas en el grupo de las 50 más peligrosas, ubicándose específicamente dentro de las primeras 40 posiciones.
Estos son Palmira y Cali, ubicándose específicamente dentro de las primeras 40 posiciones, dos localidades pertenecientes al departamento del Valle del Cauca, una región afectada por numerosos episodios de violencia. No obstante, en cuanto a tasas de homicidios por cada 100.000 habitantes, estas dos ciudades se posicionan en los lugares 28 y 32, respectivamente. Según los datos del análisis, Palmira tiene un promedio de 48 homicidios, mientras que Cali registra 47, siendo este último un número menor en comparación con el primero.
Las tasas de homicidios, a menudo, reflejan una compleja interacción de factores sociales, económicos y políticos. La violencia armada, la desigualdad económica y la presencia de grupos delictivos son solo algunos de los elementos que contribuyen a la peligrosidad de una ciudad. En el caso de Colombia, que ha experimentado transformaciones significativas en las últimas décadas, abordar estas cuestiones se convierte en una prioridad crucial.
El estudio de la WPR sirve como recordatorio de la importancia de abordar estos problemas desde una perspectiva multidimensional, incorporando no solo medidas de seguridad, sino también estrategias que aborden las raíces profundas de la violencia.
La clasificación de las ciudades más peligrosas subraya la necesidad de un enfoque holístico para abordar la seguridad, considerando factores sociales y económicos