En su columna de hoy, Raul Paniagua* hace referencia al turismo de Cartagena y el editorial del periódico de la ciudad, El Universal del pasado viernes 6 de enero , que tituló, “El fracaso de un modelo”. Sostiene el columnista , “contenido con el cual estoy totalmente de acuerdo, excepto por una palabra, por lo demás comparto todas las preocupaciones del editorial”.
Lo que ocurre es que esa palabra es el punto de partida o de quiebre para pensar en un turismo diferente al que hoy tenemos, y es precisamente la existencia de un MODELO. Mi opinión es que no tenemos ni hemos tenido nunca un modelo, un plan, unos lineamientos claros ni un ordenamiento mínimo para nuestro turismo.
No he podido comprender dónde ha estado el vacío o cuales han sido las carencias para que desde la administración distrital o nacional, desde los gremios y demás actores de la cadena del sector, se haya acometido la elaboración de un plan, así sea de mínimos, para orientar el desarrollo de la actividad. Parece que ni siquiera se hubiera intentado comprender los tipos de recursos que poseemos para ser una potencia turística, teniendo además las posibilidades de hacerlo en grande.
Tenemos recursos naturales diferentes en el sector de Bocagrande, en la Zona Norte y en Barú. Tenemos recursos culturales de carácter material en el Centro Histórico y recursos culturales inmateriales de un enorme potencial en toda la ciudad, incluyendo entre otros la gastronomía, la música, las danzas, con una gran facilidad para fortalecer una cultura del servicio; pero también tenemos unos fascinantes recursos paisajísticos y ambientales por donde se mire.
Pero lo que evidenciamos es que el crecimiento o expansión del turismo se ha dado más por inercia, por generación espontánea como respuesta a la demanda creciente y no como una acción pensada desde los responsables de la orientación del turismo, desde el sector público o del privado. Reconozco que en varias ocasiones se ha intentado hacer planes de desarrollo turísticos, pero estos han quedado como interesantes ejercicios de pensar nuestro turismo desde unos pocos interesados en el tema.
Hoy no tenemos un modelo para el desarrollo del turismo en el Centro Histórico y esta es gran parte de la fuente de la problemática que se vive en este sector, y que va a seguir agudizándose si no se adoptan decisiones de política turística. Igual va a seguir pasando con los desafueros e ingobernabilidad que se registran en Barú, con la certeza de que ese caos va a seguir creciendo.
Lo mismo va a pasar con las playas desde Crespo hasta El Laguito si no se toman decisiones, tal vez difíciles en el corto plazo, pero necesarias y convenientes para las próximas décadas, y la Zona Norte ya empezó a transitar en ese camino del caos, de la ausencia de criterios ordenadores del uso de los recursos, de las capacidades de uso de playas y en general de esos modelos de turismo que hoy se demandan urgentemente. ¿Cómo generar empleos decentes y formales si no hay unos mínimos de políticas públicas?
Raúl Paniagua, es sociólogo , con varias especializaciones, una de ellas en Turismo, en Viterbo, Italia, con una maestría en Desarrollo Social. Docente universitario y consultor en temas sociales y de turismo.