Santa Rosa de Lima, queda muy cerca de Cartagena, un municipio en donde sus habitantes tuvieron una semana diferente. Más de 280 bomberos provenientes de diferentes países de América estuvieron en las instalaciones de Sacs Group, considerado el centro de entrenamiento más completo en la formación de los hombres y mujeres que combaten el fuego
Santa Rosa de Lima, queda muy cerca de Cartagena, un municipio en donde sus habitantes tuvieron una semana diferente. Más de 280 bomberos provenientes de diferentes países de América estuvieron en las instalaciones de Sacs Group, considerado el centro de entrenamiento más completo en la formación de los hombres y mujeres que combaten el fuego y son socorristas entre otras actividades.
Todos participaron en la Escuela de Bomberos en Español que hace parte de Texas Annual Fire Training School, donde cada año, miembros del personal de bomberos de municipios e industrias de diferentes partes del mundo participan en cursos intensivos de capacitación.
“Hemos seleccionado un gran país y una gran ciudad, por encima de otros destinos de la región para realizar esta nueva versión del Spanish School en su edición 57, en parte por las instalaciones y características que ofrece el Centro de Entrenamiento de clase Mundial que tiene Colombia en Cartagena, operado por SACS GROUP, además del gran atractivo, reconocimiento y facilidades que ofrece la ciudad caribeña a la hora de realizar eventos”, sostuvo.
La Escuela de Bomberos de Sacs tiene diferentes escenarios. Hay una torre para rescate, la maqueta en medida real de un avión, así como espacios que simulan instalaciones petroleras y vehículos que se incendian. Hace 10 años fue construida para entrenamientos en seguridad industrial y respuesta a emergencias. Por sus características es considerada a nivel de Latinoamérica como una de las más completa.
Cuenta con 12 simuladores para entrenamientos de incendios, Rescate, Hazmat, ARFF, espacios confinados, salvamento acuático, incendios industriales, Excavaciones y zanjas, SAS y SAES, Procesos, Torre de Alturas y Telecomunicaciones y Off Shore. Todo para la capacitación en donde se representan situaciones a las cuales se enfrentarían los bomberos en su actividad, fomentando el conocimiento inmersivo.
Mario Gamboa es el gerente general de Sacs, afirma que la escuela como centro de entrenamiento, “lleva 10 años de construcción con una inversión cercana a los dos millones de dólares”. Sostiene que la semana que terminó el pasado viernes fue un escenario de entrenamiento y encuentro de amigos con el fuego. En la parte académica se habló de realidades actuales como el incendio de la isla hawaiana de Maui y temas como lo que se refiere a la transición energética, además de los ejercicios prácticos.
“Hoy nos entrenamos en hidrocarburos, pero ya nos estamos entrenando hacia el hidrógeno que es ya es combustible, también en vehículos eléctricos, atender un vehículo Tesla es diferente atender un vehículo de hidrocarburos, en otro tipo de riesgos. En ese sentido la dinámica hacia la transición cambia, pero todos tenemos que ir hacia esas hacia nuevas fuentes de energía, que también generan algún tipo de riesgo”.
Puntualizó que hubo más participación de bomberos internacionales que nacionales. “El 70% son extranjeros, representantes de 16 países de Latinoamérica y particularmente digamos que la población en términos minoritarios es colombiana”. Dijo hubiera sido muy importante la participación de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres y otras entidades gubernamentales. “Lamentablemente no tenemos participación del gobierno”
El cuidado del entorno y el medio ambientes es una constante en la Escuela, utilizan gas licuado de petróleo para la creación del fuego que genera menos impacto y el agua tiene un sistema de recirculación para evitar desperdicios.
Los bomberos usan el mismo lenguaje y pareciera también los trajes. Su equipo varían en peso según el fabricante, y las especificaciones locales. En general, un traje de bombero completo, incluyendo el chaquetón, pantalón, casco, guantes, botas, monja, equipo de respiración autónoma (SCBA) y equipo adicional, puede pesar en promedio entre 20 y 30 kilogramos o más, no se puede olvidar que mojado el peso aumenta.
Un diferenciador es el casco, la gran mayoría son de color rojo o negro, el de un bombero mexicano, dice en letras grandes , “código de seguridad, Safety Team Chief, Tachis”. Algunos tienen al costado linternas y luces, son pesados y todos llevan distintivos y escudos.
El nombre de Tachis es Carlos Acevedo, es miembro del cuerpo de bomberos mexicano , mide 1,84 y pesa 120 kilos. Bajo su responsabilidad está el entrenamiento de apagar el fuego en un carro cisterna. Dirige el grupo, las mangueras disparan el agua a presión y son sostenidas por más de cinco integrantes y como si se tratará de un juego , el fuego es controlado para el ejercicio con modernos equipos que lo incrementan o lo disminuyen en la medida que el entrenamiento lo solicita. El calor de Cartagena hace que el esfuerzo sea mayor, le dijo el bombereo mexicano al diario El Espectador.
Lo que no hay en la Escuela es el tradicional tubo, que en el imaginario de todos está cuando se habla de una estación de bomberos. Yennifer Delgado , directora de comunicaciones me dice que el uso del tubo de deslizamiento para bajar de un piso a otro en las estaciones de bomberos ha disminuido en gran parte debido a preocupaciones relacionadas con la seguridad y la ergonomía.
“Aunque los tubos de deslizamiento pueden parecer una forma rápida y emocionante de bajar entre pisos, presentan varios riesgos y desventajas que han llevado a su reducción en el uso”.
El cuidado del entorno y el medio ambientes es una constante en la Escuela, utilizan gas licuado de petróleo para la creación del fuego que genera menos impacto y el agua tiene un sistema de recirculación para evitar desperdicios.
Los bomberos son amables siempre están sonriendo y alguno de ellos prende un cigarrillo en la zona alejada al ejercicio. Toman bastante agua. Terminando las actividades van a comprar guantes y otros accesorios personales para sus trajes. Pasan cerca de un stand donde hay muestras del folclor del caribe y se venden arepas de huevo.
Diez y ocho fueron las mujeres que asistieron a la Escuela en Santa Rosa. Vinieron de Chile, Ecuador, México, República Dominicana y las anfitrionas.
Liliana Sosa Osuna, busca su traje que ha dejado junto con su casco y guantes, Tiene ojos negros grandes y de manera orgullosa dice que representa a los Bomberos del Distrito de Santo Domingo, son alrededor de 50 mujeres que junto con ella, están donde hay fuego, un rescate o sencillamente algo que trabajo les lleve a hacer.
Es voluntaria y no recibe dinero por su trabajo, así como la gran mayoría de los que asistieron a esta semana de héroes del fuego.“Nosotras que actualmente somos voluntarias es un servicio que lo hacemos porque nos gusta ayudar y colaborar y fíjate es un trabajo igual para hombres y mujeres. Esta preparación académica y de ejercicios ha sido muy buena la hemos pasado bien”. Mientras se coloca su casco dice que el fuego es adrenalina y adictivo. “Cada vez que vamos a un incendio, luego queremos volver otra vez y otra vez”.
Fuente : Periodico El Espectador.
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